Un trauma cerebral es una lesión cerebral que ocurre a causa de un golpe o impacto violento en la cabeza, a parte de un golpe o impacto, también se considera trauma cerebral cuando un objeto penetra el cráneo. Este acto afectará a las neuronas cerebrales, pudiendo ser una lesión temporal o permanente, las más graves pudiendo provocar hematomas, sangrado y alteraciones neuropsicológicas.
Causas del trauma cerebral
Las causas principales del trauma cerebral son las caídas, destacando estas en las personas mayores o niños pequeños (caídas de escaleras o en el baño son las más comunes), también son muy comunes los accidentes de tráfico entre vehículos, motocicletas y bicicletas involucrando a un peatón. Otra de las causas son las lesiones con violencia durante los robos o asaltos y lesiones deportivas en diferentes deportes como fútbol, boxeo, hockey u otros deportes más extremos y de riesgo.
En menor frecuencia también son causas los accidentes con armas de fuego y los accidentes laborales u otras lesiones en combates.
Los factores de riesgo que existen para los traumas cerebrales son la edad y el sexo (hombre). Dentro de la edad destacarán los niños menores de 4 años, adultos jóvenes entre los 15 y 24 años y los adultos de más de 60 años.
Síntomas característicos del trauma cerebral
Las diferentes lesiones que podemos encontrar en los traumas cerebrales son:
- Lesiones en el cuero cabelludo.
- Fracturas de cráneo.
- Conmociones cerebrales.
- Hematomas y desgarros cerebrales, dentro de estos destacarán el hematoma intracraneal (acumulación de sangre en el cerebro o entre el cerebro y el cráneo), hemorragia subaracnoidea (sangrado entre las capas que cubren el cerebro) y lesión axonal difusa (daño en las células nerviosas del cerebro).
Para conocer los diferentes síntomas de los traumas cerebrales habrá que diferenciarlos en dos grandes grupos, los traumas cerebrales leves y los traumas cerebrales graves, dentro de cada uno se diferenciarán los síntomas y complicaciones.
Traumas cerebrales leves
- Los síntomas físicos que podemos encontrar son náuseas o vómitos, dolor de cabeza o cefalea, mareos o pérdidas de equilibrio con sensación de que todo da vueltas o aturdimiento, pudiendo perder la conciencia o estado confuso. También destacaron la fatiga y somnolencia y los problemas en el habla. Encontraremos síntomas sensoriales como visión borrosa, zumbidos en los oídos, sabor desagradable en la boca y síntomas posteriores al trauma como sensibilidad a la luz o a los sonidos
- Los síntomas cognitivos y comportamentales que pueden suceder un tiempo después de la conmoción son problemas de memoria, incapacidad para concentrarse, dificultad para dormir, dificultad para pensar, cambios en el estado de ánimo destacando la irritabilidad, depresión y ansiedad.
Traumas cerebrales graves
Dentro de los traumas cerebrales graves se podrá observar cualquiera de los síntomas descritos en los traumas leves pero aumentando su gravedad.
Los síntomas empiezan con una pérdida de conciencia que varía dependiendo de la persona, algunas pudiendo despertar en segundos y otras en horas o días. Al despertar se observará en la persona somnolencia, confusión, agitación e inquietud.
- Se observarán síntomas físicos como dolor de cabeza constante, vómitos, convulsiones o ataques, alteración del equilibrio y la coordinación. Si la persona presenta fractura craneal se observará un líquido transparente que se segrega por la nariz o los oídos. También tendrán debilidad o entumecimiento de los dedos de ambas extremidades.
- Síntomas cognitivos se observará la agitación por no entender lo que está sucediendo, desorientación y un comportamiento fuera de lo habitual.
Dependiendo del área del cerebro dañada observaremos alteración en la capacidad de pensar, de controlar las emociones, de controlar los diferentes sentidos como el habla, la escucha y la vista. Siendo unas alteraciones que podrán quedarse de manera permanente.
Diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar el trauma cerebral leve se utilizará una evaluación médica donde se observará y se tomará nota de todos los síntomas que tenga la persona y se podrán usar técnicas de imagen para valorar la lesión, como la tomografía computarizada o resonancia magnética.
Normalmente el pronóstico para las lesiones leves es bueno, sobre todo si no se desarrollan síntomas después de la conmoción, normalmente sin necesidad de ningún tratamiento posterior al trauma.
El diagnóstico y el tratamiento de las lesiones graves se realiza al mismo tiempo, primero se realizará una exploración física para comprobar la gravedad de la lesión y cuando la persona no está en peligro, el neurólogo realiza una exploración completa.
El pronóstico para las lesiones graves es peor que para las leves, los niños tardan menos en recuperarse, pero un adulto puede tardar hasta 6 meses en sobreponerse o prolongar las alteraciones a lo largo de los años.
Los problemas a largo plazo que se pueden encontrar en las lesiones graves son problemas emocionales como la depresión, ansiedad, ira, carencia de empatía y cambios de humor repentino o problemas comportamentales como la impulsividad, poco autocontrol o arrebatos.
También destacarán los problemas cognitivos como las alteraciones en la memoria, atención, concentración, aprendizaje, razonamiento y capacidad de juicio y los problemas de comunicación, como problemas para hablar, en comprensión o escritura, dificultad para seguir conversaciones que afectarán a las habilidades sociales.
En conclusión, hay dos tipos de trauma cerebral, el leve y el grave, cada uno tendrá sus síntomas y sus pronósticos serán diferentes. Cuando haya ocurrido un trauma grave se verán afectadas diferentes áreas como la neuropsicológica o la lingüística, para ello algunas veces hará falta un tratamiento que atenúe estos síntomas, como una rehabilitación neuropsicológica, para rehabilitar todas las funciones cognitivas que se encuentren alteradas y un tratamiento logopédico para trabajar todas las funciones que estén relacionadas con la comunicación.
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